La Sort d'Altea

Admon. nº 1 de Altea

AFORTUNADA ALTEA

Ay, ay, ay,… pero qué bonita y afortunada eres Altea!!!

Por muchas veces que te haya tocado la lotería, nada supera la suerte de estar donde estas, conservarte tal como eres, y albergar el alma recia de tus moradores, y el corazón fuerte de tus amantes.

Es normal que quien lleva tiempo conociéndote acabe por enamorarse de ti (si ya no lo hizo al principio). Lo mismo que cualquiera se enamora de la tierra que le adopta cada día, o de aquella donde nació. No nos sentimos más afortunados por ello que nadie que se enamora de su propia tierra, pero nos gusta compartirlo.

Estas donde estas:

…en una bahía mediterránea, bañada por olas casi siempre suaves, protegida por sus imperturbables centinelas -el faro del Albir, y el Morro de Toix-  Olas que nos traen los abrazos del eterno mar sobre playas duras y limpias, cuyos cantos rodados saben cantar las odas más antiguas que nadie haya escrito jamás. Escúchalas! Déjalas cantar cuando te sientes junto a ellas para disfrutar un poco de paz.    

…en un tozal (tossal) que te sirve de atalaya para mostrarte altiva al visitante furtivo. No conozco a nadie que haya sido capaz de pasar por tu lado sin lanzarte una larga mirada. De arriba abajo. Y con contenida admiración.

Altea.

Desde el puerto.

… junto al rio Algar que arrastra desde la montaña sus aguas, tierras y piedras, para conformar una desembocadura a tus pies donde convive con naturalidad el hábitat de la fauna salvaje con la expansión lúdica y deportiva de los bañistas.

….al pie de la Sierra de Bernia, vigilante, protectora y defensora de los embates climatológicos que llegan desde el Norte, reservando el valle para una templanza continua en la que confiar. Pero no te fies mucho de ella, de la sierra. No la visites sin pedirle permiso porque te puede engatusar. Cortéjala primero, y apréndetela y conoce sus leyendas;  tiene más escondites de los que puedes apreciar a simple vista.

Te conservas tal como eres:

… con tu trama urbana, capaz de resistir el embate del azote urbanístico que inevitablemente nos visitó en décadas pasadas. Conservando en sus cascos antiguos (Altea, Bellaguarda, Altea la Vella) el sabor de lo que fue el pasado reciente, por mucho que te adereces para recibir a tus visitantes, ofreciéndoles lo mejor y más moderno de tus galas. No es paisaje decorado, sino ganas de agradar.

… eres y fuiste cuna y refugio de artistas, poetas, pintores, músicos, ceramistas, escultores, escritores. Albergaste un mundo bohemio que dejó huella imborrable en tus calles y tus pobladores.

… eres hortelana. Por tus faldas discurren antiguas acequias y balsas que riegan viejos molinos y renovados bancales, todavía luchando para seguir manteniendo la tierra de «cebers» que fuiste hace ya un tiempo.

… y eres marinera. El Mediterráneo no te acaricia en balde. Mantienes el aroma salado y profundo de tus barcas pesqueras. Y en el puerto convives con la otra marinería, la más lúdica y deportiva, aceptando sin complejos los nuevos retos y emociones que ofrecen estos tiempos.

… convives con tus tradiciones culturales, lúdicas y religiosas. Con la misma pasión con la que recuperas un Mercat del Porrat, celebras la procesión del Cristo en las fiestas. La misma ilusión que vuelcas en los desfiles de Moros y Cristianos, la ofreces en el Castell de L’Olla. Y grave tiene que ser el asunto para dejar de celebrar todas tus fiestas de verano diseminadas por todas las Partidas. (Que nos lo cuenten ahora, ¿verdad?)

Todo esto conforma tu alma, que viene de la suma de todos los que lo hacen posible mediante sus muchas asociaciones y agrupaciones (festivas, musicales, culturales….), Es la suma de sus voluntades y devociones, de sus afinidades y discrepancias, la unión de sus esfuerzos sin medida.

Esta es la verdadera fortuna de Altea. Si quieres probarla, no tienes más que acercarte y dejarte envolver por toda su figura y su alma. Deja que te acaricie.

Te esperamos!!!!

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